sábado, 18 de abril de 2015


CADA COSA A SU TIEMPO Y EN SU CIRCUNSTANCIA

 

Los padres deben estar muy alertas, para abordar el tema del noviazgo con los hijos, incluso mucho antes de que se presente la realidad. De común acuerdo deben establecer normas, de cual va a ser la edad mínima y cuales las circunstancias, para que puedan empezar el noviazgo, cual deberá ser la relación apropiada con la otra persona, y las dificultades que acarrea el iniciar una vida sexual de manera prematura, los planes para su vida profesional y de que manera puede afectar un noviazgo prematuro, en la realización de sus sueños.

El tiempo y circunstancias del noviazgo de los hijos, tienen que estar muy bien equilibradas y deben quedar determinadas por su edad física y mental. Deben estar completamente maduros, para saber con certeza lo que quieren hacer, al comprometerse en el noviazgo y tener un plan, que les lleve hasta el fin, que es el matrimonio. En ese plan debe estar incluido, entre otras cosas, la formación educacional, la situación económica, la estabilidad emocional, etc.

Los noviazgos que no tiene ese fin y son solamente para pasar el tiempo o divertirse, no deberían llamarse noviazgos. Es lo que hoy llaman “amigo con derecho a roces

Algunos hijos tienen una prisa excesiva, por vivir experiencias contradictorias a las virtudes y valores humanos, que les han ensenado sus padres. También suelen hacerlo, como rechazo de los malos ejemplos, que reciben relacionados con los problemas familiares de violencia, abusos, drogas, despilfarros, engaños, etc.

Los padres deben conversar, comprender y mostrar mucho cariño y apoyo a los hijos. Advertirles de los peligros y tenerles bien informados, sobre las consecuencias de sus decisiones. Ayudarles en todo lo posible, sin resentimiento ni orgullo mal entendido, intentar ponerse en el lugar de los hijos, tratar de conocer a la pareja y encontrar lo que cada uno, ve en la otra persona.

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