CADA
COSA A SU TIEMPO Y EN SU CIRCUNSTANCIA
Los padres deben estar
muy alertas, para abordar el
tema del noviazgo con los hijos, incluso mucho antes de que se presente la realidad. De común acuerdo deben establecer normas, de cual va a ser la
edad mínima y cuales las circunstancias, para que puedan empezar el noviazgo, cual deberá ser
la relación apropiada con la
otra persona, y las dificultades que acarrea el iniciar una vida sexual de
manera prematura, los planes para su vida
profesional y de que manera puede afectar un noviazgo prematuro, en la
realización de sus sueños.
El tiempo y circunstancias del noviazgo
de los hijos, tienen que estar muy bien equilibradas y deben quedar
determinadas por su edad física y
mental. Deben estar completamente maduros, para saber con certeza lo que quieren hacer, al comprometerse en el noviazgo y tener
un plan, que les lleve hasta el fin, que es el matrimonio. En ese plan debe
estar incluido, entre otras cosas, la formación
educacional, la situación económica, la estabilidad emocional, etc.
Los noviazgos que no
tiene ese fin y son solamente para pasar
el tiempo o divertirse, no deberían llamarse noviazgos. Es lo que hoy
llaman “amigo con derecho a roces”
Algunos hijos tienen una prisa excesiva, por vivir experiencias
contradictorias a las virtudes y
valores humanos, que les han ensenado sus padres. También suelen
hacerlo, como rechazo de los
malos ejemplos, que reciben relacionados con los problemas familiares de violencia, abusos, drogas,
despilfarros, engaños, etc.
Los padres deben conversar, comprender y mostrar mucho
cariño y apoyo a los hijos. Advertirles de los peligros y tenerles bien
informados, sobre las consecuencias
de sus decisiones. Ayudarles en todo lo posible, sin resentimiento ni orgullo mal entendido, intentar ponerse en el
lugar de los hijos, tratar de conocer a
la pareja y encontrar lo que cada uno, ve en la otra persona.
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