EL NOVIAZGO: ¿PASATIEMPO O COMPROMISO?
Reflexionar
sobre las realidades del matrimonio y la familia, implica necesariamente
reservar un espacio para el tema del noviazgo. Se podría decir que el éxito o
el fracaso de un matrimonio encuentran su explicación, muchas veces, en la
adecuada o no adecuada preparación para éste. Ahora bien, uno inicia o es
iniciado en la preparación para el matrimonio, no unas cuantas semanas antes de
presentarse ante el altar; aunque a veces se da esto: los novios van corriendo
a la parroquia para un curso prematrimonial a fin de que, según esto, tengan la
preparación adecuada para su boda. Más bien la preparación para el matrimonio
inicia desde que uno nace; el tipo de educación que uno recibe; el aprendizaje
práctico en el arte de compartir en familia; la calidad de testimonios que uno
encuentre en su camino; el bagaje de valores dentro de los cuales uno se va
desarrollando. Todos estos factores son los elementos claves en la preparación
de un joven y de una muchacha para la vida matrimonial. Se podría decir que
nadie llega al matrimonio como "tavola rasa", nadie llega en blanco.
El matrimonio jamás puede pretender ser el inicio de una nueva vida; será
siempre la prolongación de una vida ya vivida, aún tomando en cuenta la Gracia
Sacramental, pero en ese momento no se empieza a vivir, ya se tienen de veinte
a veinticinco años de entrenamiento en el arte de vivir. Sin embargo dentro del
contexto de esa preparación para el matrimonio, no cabe duda, el noviazgo tiene
su importancia especial. Un buen noviazgo, prepara enormemente el camino para
un buen matrimonio. Sin embargo, los errores que se cometen en el noviazgo de
alguna forma se pagan en el matrimonio o en la familia.
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