Ciclo de la violencia
Para poder comprender la dinámica de la violencia
en la pareja, es necesario considerar
dos factores: su carácter cíclico y su intensidad
creciente. Con relación a su carácter cí-
clico, Walker ha descrito las tres fases o etapas
que constituyen el ciclo de la violencia:
Primera fase: denominada “fase de acumulación
de tensión”, en la cual se produce
una sucesión de pequeños episodios que llevan
a roces permanentes entre los miembros
de la pareja, con un incremento constante de
la ansiedad y la hostilidad.
Segunda fase: denominada “episodio
agudo”, en la cual toda la tensión que se había
venido acumulando da lugar a una explosión
de violencia que puede variar en su gravedad,
y puede ir desde un empujón hasta el
homicidio.
Tercera fase: denominada “luna de miel”,
en la que se produce el arrepentimiento, a
veces instantáneo, seguido de un periodo de
disculpas y promesas de que nunca más volverá
a ocurrir.
Las mujeres y hombres que se encuentran
en una relación violenta están inmersos
en un círculo de violencia, y salir de él se dificulta
por varios motivos: creen que el agresor
va a cambiar, sufren depresiones anímicas,
disminución de su autoestima y de la capacidad
para tomar decisiones, temen enfrentarse
con ellas/os mismas/os, a estar sin pareja,
y además intervienen otros factores, como ladependencia afectiva y en ocasiones econó-
mica de la pareja.
Éstos y otros factores provocan que, con
el tiempo, comiencen de nuevo los episodios
de acumulación de tensiones, y el ciclo vuelve
a iniciarse
Con respecto al segundo factor de la
dinámica de la violencia (la intensidad creciente),
se puede describir una verdadera
escalada de violencia. La primera etapa de
la violencia es sutil, toma la forma de agresión
psicológica contra la pareja. Consiste en
atentados contra su autoestima, como por
ejemplo: ridiculizarla, ignorar su presencia,
no prestar atención a lo que dice, reírse de
sus opiniones o iniciativas, compararla con
otras personas, corregirla en público, etc.
Estas conductas no parecen en un primer
momento violentas, pero igualmente ejercen
un efecto devastador sobre la persona que
enfrenta la violencia, provocando el progresivo
debilitamiento de sus defensas psicoló-gicas.
En un segundo momento, aparece la violencia
verbal, que viene a reforzar la agresión
psicológica. La persona agresora insulta y
denigra a la otra persona, la ofende, comienza
a amenazarla con agresión física, o con
matarla o suicidarse. Va creando un clima de
miedo constante. En muchos casos, quien es
agredido, llega a un estado de debilitamiento,
con muchos problemas emocionales y depresión,
problemas que la llevan a una consulta
psiquiátrica, en la que habitualmente le
recetan psicofármacos.
Finalmente comienza la violencia física.
Por ejemplo, el hombre toma del brazo a la mujer y se lo aprieta; a veces finge estar jugando
y la pellizca, le produce moretones,
le tira de los cabellos o la empuja. En algún
momento le da una cachetada, después siguen
las patadas y las golpistas. Comienza a
recurrir a objetos para lastimarla. En medio
de toda esa agresión, le exige tener contactos
sexuales, llegando en la mayoría de los
casos a la violación.
Esta escalada creciente puede terminar
en homicidio o en suicidio.
Con las variaciones culturales, este ciclo
y esta escalada de la violencia pueden estar
presentes en muchas latitudes, en todas las
clases sociales y en personas con distintos
niveles educativos
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